No,
el título de este artículo no se refiere a esas personas que te abandonan
cuando tienes dificultades. En el entorno de una academia de idiomas en San Fernando de Henares, la expresión falsos
amigos hace referencia a ciertas palabras inglesas que, por la forma en la que
se escriben o su pronunciación, recuerdan a palabras españolas cuyo significado
real es muy diferente. Seguramente con unos ejemplos será más fácil de
comprender.
En la carta de un restaurante, por ejemplo, podemos encontrar la palabra “tuna”,
sin que eso quiera decir que, al pedir ese plato vaya a hacer su aparición un
grupo de músicos como ocurre en algunas bodas. “Tuna” es la forma en la que los
angloparlantes se refieren al atún, al pescado. Los errores en la traducción de
los falsos amigos pueden dar lugar a situaciones más o menos cómicas. Se cuenta
de un estudiante novato en tierras irlandesas que, sintiéndose ligeramente
acatarrado se encaminó a una farmacia para pedir un remedio para su enfermedad.
Como no sabía exactamente traducir su mal, sólo fue capaz de decir “I’m
constipated” convencido que estaba diciendo ‘estoy resfriado’. El boticario,
entendiendo el significado real de “constipated” (estreñido), le entregó un
jarabe para aliviar el intestino. El resto de la historia es fácilmente
imaginable.
Es habitual que en los ejercicios que planteamos en nuestra academia de idiomas en San Fernando de
Henares, introduzcamos de vez en cuando algunos de estos falsos amigos para
que nuestros alumnos los vayan conociendo. En estos ejercicios es frecuente la
confusión del término “fabric” con una fábrica, una factoría, cuando realmente
debe traducirse siempre como el tejido del que está hecha una prenda de ropa.
Por eso, desde Piccadilly Idiomas
advertimos
a nuestros alumnos para que no confíen nunca en los falsos amigos.